Tapir
Hace apenas unos años era común observar la gresa figura del tapir entre el follaje de las selvas tropicales del sureste de México y Cetroamérica. De naturaleza tímida, se ocultaba entre los matorrales para protegerse de sus enemigos, principalemente el hombre.
Sus pequeños ojos le permitían atisbar tranquilamente entre los matorrales, y su corta trompa olfatear la crecanía de algún posible peligro. O por el contrario, se animaba a caminar tyranquilamente por las veredas en busca de una aguada donde poderse zambullir en paz y darse un baño de lodo para tratar de ahuyentar a los mosquitos que se pagaban a su gruesa piel.
En la actualidad, encontrar un tapir (Tapirus bairdii) es algo tan raro que causa asombro a los investigadores que buscan esta especie para tratar de preservarla. Tal parece que el triste destino de este mamífero, que existe desde hace muchos siglos, es la extinción, y el princiapl causante de este fenómeno es el hombre.
El Tapir, danta, anteburro o tzimín (en maya) cmo se le conoce en diversas regiones, existe desde hace millones de años y es el único representante en América del Norte de los Perissodactyla, ungulados de dedos nones, ya que el caballo y el burro -sus familiares más cercanos-provienen del viejo mundo.
El tapir es un animal corpulento, con piernas cortas y naríz alargada, parecida a una pequeña trompa, pero que no sirve como tal, sino que le ayuda a tener buen olfato, característica distintiva de su especie, como lo es también el oido, virtudes que de alguna manera lo compensan por su deficiente vista.
Sus pequeños ojos le permitían atisbar tranquilamente entre los matorrales, y su corta trompa olfatear la crecanía de algún posible peligro. O por el contrario, se animaba a caminar tyranquilamente por las veredas en busca de una aguada donde poderse zambullir en paz y darse un baño de lodo para tratar de ahuyentar a los mosquitos que se pagaban a su gruesa piel.
En la actualidad, encontrar un tapir (Tapirus bairdii) es algo tan raro que causa asombro a los investigadores que buscan esta especie para tratar de preservarla. Tal parece que el triste destino de este mamífero, que existe desde hace muchos siglos, es la extinción, y el princiapl causante de este fenómeno es el hombre.
El Tapir, danta, anteburro o tzimín (en maya) cmo se le conoce en diversas regiones, existe desde hace millones de años y es el único representante en América del Norte de los Perissodactyla, ungulados de dedos nones, ya que el caballo y el burro -sus familiares más cercanos-provienen del viejo mundo.
El tapir es un animal corpulento, con piernas cortas y naríz alargada, parecida a una pequeña trompa, pero que no sirve como tal, sino que le ayuda a tener buen olfato, característica distintiva de su especie, como lo es también el oido, virtudes que de alguna manera lo compensan por su deficiente vista.
publicado por: Elizabeth Venegas
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